Tiene lugar la sesión de bienvenida y seminario de arranque de los seis proyectos seleccionados a partir de la convocatoria de Banco de Proyectos Colaborativos (BdPC), y el equipo interno del programa.
Comenzamos, como toda buena bienvenida, presentándonos, buscando con esta primera puesta en escena testear en la escucha abierta los surcos por los que estas semillas de proyectos irán arraigando y germinando durante los próximos meses.
ARTE + ARTE y su propuesta para trabajar con comunidades de polígono norte y sur, haciendo orquestas de percusión y teatro; RE-UNIR, RE-HABITAR, que busca articular una asamblea entre las personas de la cultura para debatir sobre la precariedad, burocratoización y la espectacularización de la cultura además de otras cuestiones comunes y recoger el compromiso de las instituciones; DE VOZ, UN CUERPO, para rescatar la sabiduría corporal de las bailaoras retiradas, reunir a este colectivo que no existe y poner sus palabras a su cuerpo; INTRA. Preguntas a la tierra y su género, proyecto arte y extractivismo que busca indagar en el dilema ecológico por la extracción de recursos mineros y ver cómo se está trabajando desde el arte; ENREDAR LA MEMORIA, para recuperar la memoria del movimiento feminista desde los años 70 -80 y tender puentes con el actual movimiento feminista de la ciudad, documentando también los materiales del movimiento más reciente, tal y como está haciendo el de hace décadas; SEVILLA NEGRA. Rutas de la memoria invisible, que con este proyecto y sus rutas busca ser reconocidos como ciudadanos que aportan a la creación de una ciudad más justa e inclusiva, y que se reconozca la multiculturalidad y trabaje en aminorar las brechas sociales. Y junto a los proyectos, también se presentan los diferentes equipos de trabajo interno de BdPC: el equipo de evaluación, formado por Lucía Sell y Cristina Serván, el equipo de comunicación formado por Patricia Luque y Blanca Crespo de La Transicionera, el equipo de acompañamiento, con Santiago Barber y Macarena Madero, y Amapola López coordinadora del proyecto (junto Macarena) por parte del ICAS.
Tras este primer conocimiento Santi Barber nos introduce en el marco colaborativo del programa, y aterriza en el objetivo de la sesión, que no es otro que justamente conocerse y avanzar en algunas cuestiones de escucha interna que se irán abordando durante todo el proceso de desarrollo.
Barber nos invita a pensar cómo las prácticas artísticas que se despliegan en comunidades y procesos sociales vivos proponen desde su mismo hacer unas tentativas para activar cierta imaginación política. Desde ahí, las prácticas artísticas colaborativas que se ponen en valor desde este programa son propuestas que se conforman cada vez de manera específica, que se manejan con un alto grado de experimentalidad y que se componen, en cada ocasión, por agentes con necesidades diversas. Podemos detectar algunos rasgos comunes como son su clara intención por insertarse al interior del contexto, atendiendo, especialmente, cómo articular, producir y distribuir. Esta tríada podríamos entenderla, continúa Barber, como una ética de las prácticas que pone la atención en todo el proceso y donde están presentes los aspectos relacionales, el dispositivo artístico resultante y la circulación que de todo ello se haga. Otros elementos que resultan imprescindible poner en valor son su vocación de sostenibilidad y replicabilidad, su capacidad de despliegue en lo cotidiano y en los conflictos y su aceptación de que se está inmerso en un espacio donde se crea política.
Barber rescata, por último, las pistas a las que hacía referencia Aida Sánchez de Serdio Martín en las cápsulas formativas y sus 10 dimensiones de los proyectos colaborativos de arte y mediación en el territorio.
A continuación se exponen las preguntas que ayudarán a presentar la síntesis de cada proyecto en base a las líneas planteadas en la convocatoria, conectando con el diseño y la propuesta de evaluación. Para ello, Lucía Sell T y Cristina Serván M nos introducen en la propuesta de diseño de Evaluación del programa de BPC, destacando que no busca fiscalizar, sino favorecer el registro de conocimientos y aprendizajes que guiará cada proceso.
Así, la puesta en marcha de la estrategia de evaluación llega de la mano de las nueve preguntas marco que plantean abordar las líneas de convocatoria, los diseños de proyectos y los indicadores de evaluación participativa. Las jornadas de arranque son una ocasión para acentuar que la evaluación a través de indicadores participativos está concebida para favorecer el registro de aprendizajes que guiarán el desarrollo de cada proceso. Las preguntas generales planteadas para iniciar el trabajo en mesas de proyectos requieren situarse en cada propuesta para entrar en un diálogo de elementos comunes y diferencias que enriquecen de forma colectiva a los proyectos y a quienes los desarrollan.
La fórmula propuesta busca encontrar un recurso narrativo común que darán paso en la segunda jornada a una exposición más desarrollada y precisa de los proyectos formulando así una clara conexión con los elementos establecidos en la metodología de autoevaluación.
Los proyectos buscan hacer suya estas herramientas a través del trabajo situado que propone compartirse en grupo de cara a su presentación y puesta en común en la sesión del día siguiente. Se suceden así diferentes ritmos de trabajo, se mezclan los momentos de descanso y acercamiento a otros proyectos. Se repiensa cada proyecto desde los lugares a los que les llevan las preguntas. Algunas trabajan solas, otras en grupo dialogando sobre sus respectivos proyectos. Algunas responden pregunta a pregunta, otras reflexionan transversalmente y van respondiendo mientras surgen otras dudas, lo que parece indicar que las preguntas facilitadas están siendo muy bien acogidas y está motivando la reflexión que esperaba.
Tenemos ocasión de comprobar esta intuición en la segunda convocatoria de la sesión de arranque, al día siguiente, jornada que comienza con un par de dinámicas de presentación y activación mental y corporal a través del juego, buscando romper el hielo e ir generando comunidad.
Se suceden las presentaciones de los proyectos desde el prisma de estos indicadores de evaluación. Caras de enorme atención, asentimientos y toma de notas que muestran los lenguajes comunes entre los proyectos, proyectos que también son diferentes y con códigos propios, mostrando las diversidad entre estas propuestas que, sin embargo, encuentran, así mismo, múltiples puntos de conexión y complementariedad lo que dota al programa global de una enorme riqueza.
De vez en cuando un debate fortuito a raíz de un aporte o consejo de quien escucha, comenzando a dar los primeros pasos de una protocomunidad de aprendizaje entre los diferentes proyectos. Referencias que recogen lo recientemente expuesto por otros proyectos en las propias formulaciones y exposiciones de otras. Devoluciones de cada proyecto y del equipo de evaluación que dan feedback y agradecimientos por este mirarse desde las herramientas recientemente compartidas. Devoluciones que revelan retos, nuevamente en clave común: proyectos osados y valientes que se aventuran en mundos inesperados y que, por tanto, encuentren en el camino posiblemente tensiones y renuncias a las que tendrán que saber hacer frente.
Y más intercambios. De correos y tarjetas para estar en contacto, anuncios de convocatorias de algunos proyectos ya en el horizonte cercano, referencias bibliográficas y de interés… Y, como cierre apresurado por la agenda más que cumplida, las últimas informaciones prácticas sobre reuniones, encuentros y actividades del programa común, un programa donde, a la vista de este arranque, la creación, investigación y experimentación artística estará servida.