El 30 de Noviembre tuvo lugar el tercer acto público de De Voz , un cuerpo. Acto del que formaron parte junto a Leonor Leal las bailaoras Valeria Saura y Chloé Brulé, y la cantaora Rocío Márquez. A continuación la relatoría realizada por una de las colaboradoras del proyecto colectivo, Andrea García.
Yo quiero que hablemos las que lo estamos haciendo.
[…] Hay una falta de relato corporal, desde nosotras.
“De voz, un cuerpo” es un proyecto de investigación a cargo de Leonor Leal que forma parte de la primera convocatoria del Banco de Proyectos Colaborativos. Esta propuesta tiene como objetivo crear un relato corporal flamenco, es decir poner en palabras las sensaciones que las mujeres que hacen flamenco expresan a través del cuerpo.
Leonor asegura que las bailaoras hablan poco de cómo funcionan internamente y que la mayoría de lo que leemos acerca del flamenco es de quienes lo ven o lo estudian, pero pocas veces conocemos los relatos en primera persona, contado desde las tripas, desde la experiencia de quienes lo hacen. Para eso, se propone rescatar la voz de mujeres que hacen flamenco, hacerlas hablar sobre aquello que el cuerpo expresa. “Hay una parte más sensible o más poética, notaciones internas, que muchas veces no les ponemos ni palabras.” A partir de esa premisa, plantea algunos interrogantes. ¿Qué piensa una bailaora al momento de preparar su baile? ¿Y al bailar? ¿Cuáles son las sensaciones y las imágenes internas que sostienen sus bailes?
Un primer acercamiento que llevó a cabo fue un ejercicio personal en el que intentaba codificar en palabras cada cosa que siente o piensa cuando baila. “Al principio no hay nada que decir, ‘cuando bailo, bailo’, pero no era verdad. Al cabo de días me di cuenta que al contarlas, al ponerle palabras, adquirían otra dimensión.”
En esa búsqueda de relatos en primera persona, decidió entrevistar a bailaoras retiradas o que ya no bailan profesionalmente, como Merche Esmeralda, Blanca del Rey o Carmela Greco. En las entrevistas, que duran alrededor de tres horas, indaga en esas imágenes y sensaciones que desarrollaron o les fueron transmitidas a lo largo de su formación y que, de alguna forma, componen también su forma de bailar. En muchos casos los recuerdos no aparecen como respuesta directa, sino que se entremezclan en el fluir de la charla. Recuerdos en relación a los bailes, a los procesos de creación y al aprendizaje que dan cuenta de que hay una manera de enseñar a través de imágenes.
En la entrevista a Merche, relata un encuentro con Pilar López en el que ella le pregunta “¿Por qué se recoge tan abajo?”. “Porque soy muy alta y las flamencas son más bajas. / ‘Entonces tendríamos que cortar a la Giralda a la mitad, ¿pero no cree usted que es muy bonita? […] Entonces, la próxima vez que la vea bailar, quiero verla alta.’” Y es a partir de esa imagen que
Pilar le enseña a Merche a no agacharse.
Aparecen, incluso, metáforas en relación al carácter de los palos y las concepciones que hay detrás de cada uno. “La soleá viene de la soledad, de un dolor que ha madurado y lo dejas ir”, dice Blanca del Rey. “No es lo mismo bailar garrotín que soleá, la soleá es una señora”, comparte Merche. “El dolor de la seguiriya no es el mismo de la soleá, la seguiriya es desgarradora”.
Esas imágenes, esos relatos, a partir de metáforas, configuran formas de bailar. No solo en el momento del baile, sino como proceso de enseñanza. El momento en que una persona brinda una imagen a partir de la cual incorporas aquello que de otro modo no habías entendido. “Y ahí empiezas a bailar de una manera distinta, has comprendido algo que antes no veías claro,” compartió Leonor. Esos relatos corporales van delineando muchos detalles a nivel de los palos y de las cualidades de movimiento dentro del flamenco, y conforman un material muy valioso que no se encuentra en otro lado, ya que estas mujeres no dan clase y no comparten sus conocimientos. Entonces surge otra pregunta: ¿qué se hace con ese saber?
La tercera conferencia sobre “De voz, un cuerpo” tuvo un formato de conversatorio en el que participaron Valeria Saura y Chloé Brulé, ambas bailaoras, y Rocío Márquez, cantaora. Las preguntas disparadoras de la charla fueron: ¿qué sensaciones les produjo el flamenco para querer hacerlo? ¿Por qué un día decidieron ser bailaoras o cantaoras? ¿Cuál fue ese primer momento donde han dicho “esto me gusta, aquí me quedo”?
Tanto Valeria como Chloé mencionaron que el flamenco fue para ellas una revelación. Relevación mística, enfatizó Chloé. Un llanto de felicidad luego de una primera clase, ver a un bailaor y sentir que el mundo se detuvo, conmoverse por esa forma de expresión y por la sensación de “traerse el mundo entero aquí y ahora”, fueron los indicios de haber encontrado en el flamenco una conexión con aquello que querían expresar. En el caso de Rocío, que compartió desde chica el cante como parte de su vida familiar, no se recuerda sin cantar. Pero sí recuerda la primera vez que lo hizo en un escenario, con 8 años, y la sensación de presencia que experimentó allí. “Creo que fue la primera vez que estuve plenamente presente y (sentí)
ese punto místico en el que realmente el tiempo se para”.
Estas sensaciones, estas imágenes, son comunes, compartidas tanto para ellas como para las bailaoras que entrevistó Leonor. La sensación de que en el desarrollo de la actuación el mundo les pertenece y el tiempo está en sus manos, que lo dominan todo o, por el contrario, pero complementario a la vez, que se entregan a la experiencia, a lo desconocido, a las infinitas posibilidades de lo que puede pasar. Y ahí se dejar llevar por el espacio que las rodea y las acoge.
También compartieron sensaciones en relación a los procesos de creación. Leonor relató que en la entrevista a Merche ella cuenta que una persona le enseñó que “lo último es el paso, porque lo importante es saber adónde vas y qué quieres contar.” Y, en paralelo, resaltaron como central, junto con el conocimiento, el juego y el disfrute para crear libremente. Sin embargo, aseguraron que a la hora de bailar, de estar en el escenario, ese conocimiento entorpece, que la mente entorpece y es el cuerpo, simplemente, el que tiene que estar presente.
Los relatos que compartieron están plagados de imágenes y sensaciones en relación al cuerpo. Algunas menos observables o más sutiles, pero que conforman la expresión del flamenco. Como el tiempo que coge otra dimensión en el escenario, al igual que el espacio. El poder de escucha, la transformación del cuerpo como canal de expresión y la sensibilidad, la vulnerabilidad, que ello conlleva. La fragilidad y la fuerza. Lo diverso e inclusivo. La transmisión con el otro, con el público. La sensación no de estar desnuda, sino “en carne viva”, como compartía Valeria.
Este proyecto sigue su desarrollo a través de nuevas entrevistas, acompañadas de un registro audiovisual, y de más imágenes y sensaciones que encontrarán sus palabras por delante. El proceso de sistematización de los hallazgos va tomando diversas formas y se entrecruza con una diversidad de posibilidades creativas. Es por eso que Leonor no pretende, necesariamente, llegar al escenario con esta investigación, considera más importante el contenido en sí que la forma final que vaya a tomar el proyecto. Está abierta a la exploración y a los formatos que el contenido necesite.
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En el último tramo del coloquio, Leonor presenta el manifiesto de la quinta edición de los “Encuentros Coreográficos Internacionales de Fuenlabrada”, que puede ser descargado aquí. Leonor contextualiza el manifiesto y con ello se abre el debate a las condiciones laborales de las mujeres en el flamenco, y cómo estos marcos legales están relacionados con:
- La tensión entre metodologías colaborativas y las tendencias competitivas y de cercamientos/autorías del sector específico del flamenco.,
- Las condiciones económicas y simbólicas propias de la profesión, y el caso específico de las mujeres, maternidades, retiros anticipados, etc.
- Condicionamiento de las políticas culturales sobre la creación de espectáculos vs procesos e investigación.
Si quieres saber más puedes visitar la noticia de presentación del proyecto y la crónica del evento, así como el propio espacio propio del proyecto así como la noticia de presentación de éste y otros proyectos de esta convocatoria del BdPC.