Crónica de Zarabanda, ceremonia para homenajear a las personas que resistieron a la trata esclavista

Desde el siglo XV a XIX la compra y venta de seres humanos negros era una práctica normalizada en las sociedades europeas. Para poder justificar esta trata, la deshumanización de estos cuerpos fue imprescindible. La inherente indiferencia en torno a la mortalidad de las personas negras que hoy vemos en las migraciones de cuerpos negros hacia Europa, tiene uno de sus más relevantes orígenes en la trata esclavista practicada a las orillas del río Guadalquivir en los puertos de San Lúcar de Barrameda y Sevilla. En este contexto, la percusión, el cante y el baile afro-ancestral siempre resultó ser una herramienta liberadora de la resistencia antiesclavista. Es por esto que surge Zarabanda. Una performance/ritual sin precedentes en la ciudad de Sevilla autogestionado por personas negras migrantes en la ciudad y financiado por el Instituto de Cultura y Artes del Ayuntamiento de Sevilla en la convocatoria de Banco de Proyectos Colaborativos. Un encuentro colectivo dado a través de estas in-disciplinas creativas para la reparación de esta arrebatada memoria.

En la fase preparatoria de la ceremonia Zarabanda, Melaza, mujer negra migrante-caribeña, descendiente de personas esclavizadas y integrante de la asociación Sevilla Negra compuso alrededor de 12 canciones, de las cuales se condensaron a 5 en el ritual, a partir de sus sentipensares, investigaciones de hechos históricos y la colaboración con más personas migrantes negras-caribeñas y el compartimiento de saberes afrodiaspóricos compartidos en el proyecto de arte multidisciplinar pancaribeño Afroculto. Por otro lado, de forma colectiva entre racializadas y migrantes en Sevilla se redactó una letanía anti-colonial que abriría el ritual/performance Zarabanda. Los temas de ambas creaciones de discurso giraron en torno a diversos puntos:

-Controvertir el uso de la lengua respecto al genocidio de personas negras durante la trata esclavista. Especialmente, la sustitución de la palabra morir por matados.

-Cuestionar para quienes o qué institución valió la pena realizar trata humana de 12 millones de personas a cambio de acumulación de capitales vistos hasta hoy en el desarrollo-tradicional europeo.

-Exponer la perspectiva no contada sobre ser secuestrado en un barco esclavista en lugar de la hegemónica basada en la gloria de la irrupción colonial y el beneplácito unilateral del comercio trasatlántico.

-Mostrar el vínculo explícito que tiene Sevilla y el río Guadalquivir respecto a la colonialidad y racismo mundial constitutiva. Sobre todo, la carga energética que tienen las aguas de este puerto fluvial en ancestralidad negra desbordada.

-Representar las resistencias creativas que realizaban las personas ancestras ante la anulación total de su humanidad, cautividad y tortura de por vida. En esta representación, fue importante la lógica cimarrona contestataria y desafiante a la lectura de los cuerpos negros hipersexualizados y la demonización de las expresiones de saberes transmitidos en el cuerpo.

Seguidamente, estando escritas las canciones, estas fueron adaptadas colectivamente con percusionistas y artistas multidisciplinares afrodescendientes, caribeños y migrantes en Sevilla. Las bases rítmicas fueron diversificadas a partir de la bomba puertorriqueña. Un género musical de percusión afro-ancestral creado en el seno de las plantaciones esclavistas de Puerto Rico. La bomba tiene registros musicales diversos, los del sur y los del norte. Como producto de las investigaciones realizadas y su implementación artística, en el sur de este país caribeño son las mujeres las que lideran el cante, lugar de origen de la compositora.

Asimismo, haciendo un recuento de la ceremonia, todo comenzó con las reverencias hacia el río Guadalquivir, cuerpo natural donde se encuentran las almas ancestrales y su transferencia al altar que se colocó para honrar la memoria. Seguidamente, el ritual siguió con otras acciones espirituales concretas para aumentar la elevación. La percusión comienza mientras aparece una figura colonial simbólica de Sevilla: la Virgen de los Navegantes. La patrona de quienes estuvieron involucrados en las empresas colonial-esclavistas y de la institución histórico-colonial por excelencia: el Real Alcázar de la ciudad. Como acción artística que surge de la investigación, la ceremonia comenzó haciendo alusión a las fiestas antiguas del Corpus Christi, con un rezo. Solo que en este caso, no fue un rezo tradicional. Sino un rezo decolonial, la letanía anticolonial a la Virgen de los Navegantes. Durante la trata esclavista en Sevilla, los ancestros negros realizaban sus expresiones culturales adaptadas a las prácticas espirituales que se les permitía, las católicas.

Posteriormente, las canciones compuestas fueron cantadas por la autora en consonancia con la vibración eco-ancestral del río. Los cuerpos danzantes y percusionistas afrodescendientes se expresaron en sinergia de aquellas narrativas. Se realizó una pausa para canalizar las vibras expresadas en las diferentes formas artísticas lanzando flores al río y realizando acciones de despojo. Seguidamente, se retoma el cante para estimular el baile de forma provocadora. Aunque los ancestros negros formaban parte de las prácticas religiosas permitidas, aun así cualquier expresión corporal que manifestaran eran demonizadas. En la ceremonia se citaron en voz alta citas de ilustres españoles que repudiaban los cuerpos negros por participar en las fiestas católicas y además se desafió con el estribillo: mis ancestros sensuales hacía sus rituales. Esta reivindicación fue realizada a partir de investigación de la autora afrofeminista Audre Lorde, que resignifica el poder de lo erótico como el puente entre lo espiritual y lo político.

La ceremonia fue vista como una performance en el sentido de que las personas africanas y afrodescendientes que participaron en ella incorporaron elementos culturales diversos. Sin embargo, los elementos estéticos, espirituales, danzantes, sonoros formaron una narrativa de memoria histórica acorde con la resolución 68/237 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. La misma promulga el Decenio Internacional para los Afrodescendientes que legitima que las personas afrodescendientes adopten medidas eficaces de reconocimiento, justicia y desarrollo.

Créditos de las fotos: Tekeando


Podéis leer más sobre el proyecto de Sevilla Negra en el espacio propio dentro de la web Banco de Proyectos Colaborativos.